martes, 7 de mayo de 2013

Los Rolls Royce de la cocina: 8 electrodomésticos y utensilios que todos quisieran tener


No son aparatos: son fierros. Elementos de cocina que duran para siempre, logran resultados magníficos y cuestan una fortuna. Para leer y babearse.

El fanático de los autos sueña con tener un Rolls Royce o una Ferrari. Sabe que probablemente nunca lo tendrá y que a lo sumo podrá verlo de cerca en alguna expo o en las calles de alguna ciudad europea.

Así como el fierrero tiene sus modelos fetiche, los amantes de la gastronomía y la cocina también anhelan algunos elementos que cambian radicalmente la experiencia culinaria. Hornos inteligentes, batidoras super power, cacerolas de fierro. Aparatos y utensilios únicos, durables y de la más alta calidad. Elementos caros, por supuesto, pero que hacen valer la pena cada euro invertido.

Mientras la mayoría de los mortales ahorra plata para fiestas, ropa o viajes, los foodies de alma guardan todo para algún día poder comprar algunos de estos aparatos.

Hornos Rational
¿Tu horno es muy chico, el calor es más fuerte en los grills de abajo que en los de arriba, se te mezclan los olores de las diferentes preparaciones, tardás años en limpiarlo? Olvidate de todo eso. La empresa alemana Rational creó en 1976 un horno que combina los sistemas de cocción a vapor y por convección. El calor es impulsado de manera uniforme por ventiladores internos que generan una temperatura constante en cada rincón. Los profesionales lo eligen no sólo por la precisión de su cocción, sino también porque permite colocar diversos alimentos a la vez y, como tiene varios compartimentos, no se mezclan los olores. Además, trae otras funciones interesantes como el ahumado, el gratinado y el descongelado. ¿Algo más? Sí: es autolimpiante. No por nada está en las cocinas de cualquier hotel cinco estrellas. Se vende en la Argentina y el precio arranca en los 7000 euros aproximadamente.

Cacerolas de fierro Le Creuset
Su diseño data de 1925 y sobrevivió a todas modas: la clásica Cocotte redonda es uno de los productos franceses más codiciados. Son cacerolas perfectas para cocciones a fuego lento ya que están hechas de hierro fundido esmaltado, uno de los mejores materiales por su capacidad para retener el calor y extenderlo de manera uniforme. Se utiliza para preparar cualquier alimento, desde carnes, pollos y verduras (quedan siempre tiernos y jugosos), hasta panes y postres, ya que, además de mantener un calor homogéneo, conserva la humedad interior y así funciona como horno. El otro detalle pasa por lo estético: los colores intensos de las cacerolas son un sello de la marca. Vienen desde el clásico naranja, pasando por rojo, verde, violeta y negro. La superficie esmaltada le da brillo al recipiente que, gracias a su estética sofisticada y elegante, puede ser colocada directamente sobre la mesa como si fuera una fuente. Le Creuset cuenta también con parrillas, sets de fondue, teteras y woks. Se consigue en bazares como Fork y María Burani. El precio de una mediana de 28 centímetros de diámetro ronda los 2500 pesos.


Procesadora Pacojet
Esta tecnología creada en Suiza hace veinte años se hizo famosa gracias a Ferrán Adriá, cuando la empezó a utilizar en platos de vanguardia, como el polvo helado. La Pacojet transforma platos dulces o salados en una textura de nieve. Popularizada como la “procesadora del futuro”, esta máquina trabaja sobre las preparaciones congeladas, duras, hechas una piedra, para convertirlas en purés, cremas o mousses. Las emulsiona y las tritura en segundos, así se obtiene un relleno, una sopa, una salsa o un sorbete que conserva el aroma natural y los nutrientes de los alimentos procesados. Con ella se podría preparar un helado de tortilla de papas o un puré de torta de chocolate. Hoy la Pacojet es utilizada por 25.000 cocineros en todo el mundo y fue incluida en 2011 dentro de la Modernist Cuisine (la enciclopedia de cocina más famosa del mundo) como una de las diez herramientas imprescindibles de la gastronomía moderna. Viene en distintos modelos que cuestan desde 4000 dólares en adelante y no se consigue en el país.

Thermomix
Si seguís fascinado con la practicidad y el rendimiento de tu Mini Pimer, esperá a tener uno de estos robots disfrazados de procesadoras multiuso. Esta máquina compleja con temperatura de frío y calor pesa, amasa, tritura, ralla, emulsiona, pulveriza, bate, muele y hasta cocina al vapor y a baño María, haciendo el trabajo de más de veinte electrodomésticos. Los que saben sacarle provecho pueden obtener desde un jugo a un risotto, o una salsa blanca. Fue creada en Alemania en década del 70 por la empresa Vorwerk y ha adquirido cada vez más funciones. La Thermomix se vende por catálogo a través de representantes directos y cuesta alrededor de 2000 dólares.

Cuchillos Wüsthof y Global
Ya lo dijo Anthony Bourdain: “Habla bien de un hombre tener un buen cuchillo, bien mantenido, de calidad profesional, que podría ser japonés o alemán”. Justamente hablamos de dos de las mejores marcas de estos dos países. La alemana, Wüsthof, fabrica cuchillos desde 1814. Están hechos a mano a partir de un trozo de acero inoxidable de alto carbono que les proporciona mayor resistencia y aumenta la durabilidad del filo. Se dice que los Wüsthof son los Cadillac de los cuchillos gracias a su diseño ergonómico y antideslizante. Los Global tienen una historia más acotada que comienza en Japón en 1985. Son de acero forjado con cromo y molibdeno, materiales que los hacen mucho más filosos y livianos que los demás. Para que te des una idea, los Tramontina que encontrás en millones de hogares están hechos de un acero inoxidable sin tratamientos ni procesos especiales. Las dos marcas se pueden conseguir en algunas cuchillerías de nuestro país. Un Wüsthof de 20 centímetros cuesta 1780 pesos, mientras que un Global de la misma medida está en 1580. 


Batidora KitchenAid
Como muchos grandes inventos (por ejemplo la radio e Internet), esta batidora fue primero utilizada por los militares estadounidenses. En 1914, en cada buque de la US Navy había una KitchenAid que, en realidad, ni siquiera tenía marca sino que todavía iba camino de convertirse en una celebridad de la cocina. En 1920 la máquina sería bautizada con su nombre actual luego de que un ejecutivo de Whirpool escuchara a su mujer comentar: “No sé cómo piensan llamarla, lo único que sé es que el mejor ayudante que he tenido en mi vida”. La KitchenAid fue la primera máquina pequeña y manejable de cocina que integró las funciones de batido y amasado. Además de ser completamente metálica, su gran diferencia respecto del resto es el “engranaje planetario”: un sistema por el cual el batidor mientras gira en una dirección, rota en otra opuesta sobre su propio eje, imitando el movimiento de la Tierra. Se ha convertido con el tiempo en un objeto de culto, en especial para los reposteros que pueden utilizarla tanto para batir una torta como para amasar pan. Vistosa, sólida, robusta e incansable, la KitchenAid básica cuesta 4800 pesos. 

Cortadora Berkel
Se la llama la Ferrari de los fiambres, no sólo por su color rojo parecido al del cavallino rampante, sino por su funcionamiento mecánico perfecto. De origen suizo, la máquina fue patentada en 1898 por Wilhelmus Adrianus Van Berkel, un carnicero que revolucionó el trabajo de sus colegas porque les permitió abandonar el cuchillo manual y pasarse a las bondades del corte mecánico, fácil y sin esfuerzo. Las Berkel son únicas por su sistema de poleas que mueve la cuchilla y, a la vez, acerca el fiambre para ser cortado con el sólo accionar de una manivela, parecido a los pedales de una bicicleta. ¿El resultado? Un corte parejo y ajeno a las imperfecciones propias de la mano del hombre. Las antiguas son tan elegantes que hoy existe un gran mercado de coleccionistas que las buscan como si fueran piezas de museo (podés encontrar una en el restaurante Experiencia Fin del Mundo, en Palermo). Los precios de las Berkel arrancan en 800 dólares y pueden elevarse hasta más de 8000.

Por Cecilia Acuña

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