Nuestra ropa, las calles de la ciudad con eucaliptos o jazmines, los medio días huelen a comida, el olor a madera en una carpintería; hasta nuestra casa huele diferente cuando llegamos al final del dia laboral.
Desde chicos nuestros sentidos se entrenan para reconocer texturas, sabores, aromas, colores, sonidos; esto nos permite aprender y conectarnos con el entorno y diferentes emociones.
En el mundo del vino, así como en otros productos, se realizan catas para conocer en profundidad las caracteristicas de cada uno de ellos. Pero existe una diferencia entre beber un vino por placer, degustarlo o catarlo. ¿Se puede aprender a catar o es solo para profesionales? Como todo en la vida, a catar se aprende.Se entrenan los sentidos y con paciencia y pasión, el mundo del vino se hace presente ante nosotros.
Para comenzar a disfrutar un vino es muy importante tener en cuenta ante todo, que se trata de un momento de placer. Para degustar un vino es importante estar atento, pero se puede llevar a cabo mientras se cocina, se comparte con amigos o se mira una película. En cambio, cuando se habla de catar, se trata de una actividad profesional en la cual intervienen condiciones y son varios los motivos por los cuales se llevan a cabo, por ejemplo para conocer particularidades de elaboración, concursos, añadas, etc.
En el proceso de la cata intervienen todos los sentidos, lo cual da una muestra de la magnitud que tiene el arte de catar y la movilización interna que genera en cada persona poner en movimiento los sentidos de la vista, olfato, gusto y el tacto, agudizandolos al mismo tiempo.
Mario Leardi
Mario Leardi
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